Evangelismo

La proclamación del mensaje que nuestro Salvador nos legó es una acción propia de la iglesia. No podemos imaginarnos una iglesia que no haga suya la tarea de proclamar el mensaje de Jesucristo. Hay tres conceptos que se pueden destacar sobre evangelismo.

Nosotros existimos por el evangelismo

Es una cuestión de origen, podemos gozar de la vida eterna en Cristo porque Él murió por nosotros, porque alguien pensó en nosotros. Somos deudores a aquel que nos predicó: misionero, pastor o laico. Somos deudores de la persona que nos amó, se esforzó y tomó el tiempo para presentarnos el camino de la salvación. Nuestra fe en Cristo existe porque alguien nos dio el evangelio. Esa fe puede dejar de existir si no la compartimos, pues la iglesia de esta generación está a un paso de dejar de existir si fallamos a la siguiente generación.

Nuestro objetivo es el evangelismo

Muchas veces escuchamos que los evangelistas son ganadores de personas. En cierta manera es verdad, pero realmente Jesús nos desafió a todos a predicar el evangelio, a hacer discípulos, a ir por todo el mundo llevando las buenas nuevas. Ahora, el que salva a la persona y recibe a sus nuevos hijos es Dios, la decisión le toca a la persona. Cristo es quien pagó por sus pecados, incluso, el que convence es el Espíritu Santo; entonces, ¿cuál es nuestra tarea como seguidores de Cristo? Nuestra tarea es anunciar el mensaje de salvación. Nuestra responsabilidad mayor es la proclamación. Como líderes nazarenos, nuestro objetivo principal desde el ministerio que Dios nos haya dado es: que toda persona en nuestra iglesia pueda presentar el mensaje de salvación a un inconverso y guiarlo en sus inicios de la vida cristiana.

Nosotros somos parte del evangelismo

El Evangelismo revela quienes somos. Cristo se dio a sí mismo en la cruz por nosotros. No sólo nos salvó, sino que dejó a sus discípulos la responsabilidad de anunciar esa esperanza para la humanidad. La obra maestra de la salvación nos incluye a nosotros. No sólo nos toca compartir el mensaje, sino que somos parte de la historia de la salvación. La historia de la cruz debe llegar a cada persona. Es así, el evangelio es salvación y vida eterna al alcance de cada persona. Esta realidad se logra sólo si nosotros proclamamos el mensaje.

Es importante que cada líder desarrolle una ESTRATEGIA para el entorno en que ministra. Para ello podrá utilizar la infinidad de herramientas existentes según el contexto de su ministerio.

Una vez que Dios le dé una estrategia eficiente, para que la misma se repita periódicamente, es menester que usted cuente con un PLAN ANUAL. Es importante ser creativos para que todas las personas en nuestro entorno puedan recibir el mensaje de salvación en una manera que lo entiendan.

Tenemos que ser visionarios para emprender grandes proyectos que lleven a muchos a los pies de Cristo y, sobre todo, tenemos que ser humildes para reconocer que nuestro rol sólo puede ser eficiente si el Espíritu Santo es quien nos guía en todo.

Les animo y desafío a servir juntos y juntas y a mantenernos en contacto para saber como vamos creciendo en este desafío. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”
1 Corintios 15:58.

Elizabeth Soto

Coordinador Nacional de Evangelismo

Rodrigo Romero

Coordinador Nacional Película Jesús